Con un febrero ya en cuenta regresiva, falta ya menos de tres años para la llegada de la fiesta mundial, la fiesta del fútbol, el Mundial Qatar 2022, que se llevará a cabo en el país del golfo en una fecha poco habitual para los casi 60 años de historia del certamen más importante del balompié. En esta ocasión, la copa se moverá de su habitual lugar en el calendario, entre los meses de junio y julio, durante el parón de verano del hemisferio norte, y se aplazará unos meses más tarde, para jugarse desde el 21 de noviembre al 18 de diciembre. Una de las razones más importantes es que en los meses de junio y julio es verano en esa parte de Asia y las altas temperaturas harían que sea casi imposible jugar en un lugar tan desértico como Qatar. Por ello, la organización decidió trasladar al invierno la realización del evento, de tal manera que tanto deportistas como aficionados puedan disfrutar del Mundial sin que haya factores que puedan perjudicar su salud e integridad.
Para procurar todos los cuidados y previsiones que implica organizar una Copa del Mundo, los organizadores han demostrado que no escatimarán en presupuesto ni gastos para que el certamen quede en la historia como uno de los mejores en cuanto a infraestructura y edificación.
Infraestructura
Uno de los aspectos que más atención ha concitado en los últimos meses es el ensamblaje unas estructuras que serán utilizadas para los asistentes. Debido a la Cumbre Mundial de la Innovación en Educación (WISE) que tuvo lugar en Qatar y que acogió a más de 300 educadores de todas partes del planeta, el Comité Supremo para la Entrega y el Legado, que es el ente responsable de entregar toda la infraestructura y las operaciones requeridas para el Mundial, ensambló una de estas estructuras, que se asemeja a una carpa, y que servirán como túneles para el ingreso de los aficionados a las diversas instalaciones. La idea del país organizador es que todas los montajes que se construyan o ensamblen con motivo de la Copa, una vez terminado el evento, puedan ser desarmadas, reusadas y reconstruidas en forma de aulas que puedan ser donadas a países con grandes niveles de pobreza y puedan acoger a numerosos niños necesitados de educación y escuelas.
Favoritos
Pero también hay interés por lo futbolístico. Las selecciones siguen preparándose para disputar sus fases preliminares en busca de cupos al evento final en el 2022. Los amistosos jugados en Sudamérica hacen pensar que aunque Brasil, Argentina y Uruguay siempre llegan a instancias finales en todas las Clasificatorias, este proceso puede complicarse con miras a Qatar 2022 porque se ve más equilibrio. De los 9 partidos disputados por Brasil en el 2019, ganó cuatro, empató tres y perdió dos, estos ante rivales sudamericanos, Argentina y Perú. La selección argentina disputó también nueve encuentros el año pasado, cinco de ellos ante equipos de su mismo continente. El balance fue de dos victorias (ante Brasil y Ecuador), dos empates (frente a Chile y Uruguay) y una derrota (contra Venezuela). Uruguay, por su parte, jugó nueve amistosos y aunque no perdió en ninguno, sus contrincantes no fueron del mismo nivel de exigencia y solo disputó dos encuentros ante el mismo rival sudamericano, Perú, imponiéndose en uno y empatando el otro. Por ello, la brecha no es en absoluto amplia respecto al resto de selecciones como Colombia, Perú, Chile, Paraguay, Ecuador o Venezuela, que viene ascendiendo considerablemente en cada torneo o partido que disputa.
Las casas de apuestas ya vienen colocando sus mercados y las alternativas son amplias, pensando que en un Mundial, cualquier cosa puede suceder.